Luego
de dos candidaturas no satisfactorias para
los juegos de 2012 y 2016, el patinaje de
velocidad es nuevamente aspirante a sumarse
al selecto grupo de los 28 deportes que
serán de la partida de los Juegos Olímpicos
de 2020 que se disputarán en Madrid, Estambul
o Tokio.
Pareciera
que fue ayer cuando en Berlín 2009, durante
la Reunión del Comité Ejecutivo del COI,
el patinaje quedó afuera de la lucha por
el 2016 tras ser pre-seleccionados el golf
y el rugby seven como finalistas para ser
luego ratificados en la Asamblea General
realizada aquel año en Copenhagen, Dinamarca.
Ahora
la lucha vuelve al ruedo pensando en lo
que será la definición durante la próxima
Asamblea General del COI que tendrá como
sede a Buenos Aires el 07 de Septiembre
de 2013.
La
candidatura del patinaje de velocidad junto
a otras seis disciplinas beisbol-softbol
(candidatura conjunta), squash, escalada,
karate, wushu y wakeboard genera ilusiones,
despierta sueños e inyecta motivación para
quienes amamos éste deporte pero al mismo
tiempo nos permite analizar cual es la realidad
de nuestra disciplina y nos obliga a preguntarnos
¿Estamos preparados para estar en los Juegos
Olímpicos? ¿Ingresar en los juegos es lo
más importante que necesita el patinaje
hoy?.
El
patinaje de velocidad tiene un potencial
incalculable de desarrollo y numerosas variables
que lo hacen muy atractivo para formar parte
del programa deportivo de los Juegos Olímpicos.
Es una actividad jóven, dinámica, veloz,
practicada tanto por hombres como por mujeres,
con presencia en los cinco continentes y
que brinda un espectáculo deportivo de altísimo
nivel tanto en televisión como presenciándolo
desde un estadio al mismo nivel o aun superior
al atletismo o el ciclismo.
La
velocidad, la técnica, las caídas, el roce,
la versatilidad de distancias y la adaptabilidad
a diferentes escenarios son cualidades difíciles
de superar por otros deportes y aseguran
un show deportivo inolvidable.
En
la vereda opuesta, nuestra actividad tiene
grandes deficiencias estructurales y piramidales.
Falta una organización deportiva global
y fundamentalmente un proyecto del deporte
que a todos nos gustaría tener. El patinaje
solo crece por esfuerzos individuales, por
iniciativas aisladas y por fanáticos del
deporte que no se cansan de luchar contra
viento y marea para poder continuar practicando
el deporte que aman.
Nuestro
deporte carece de una estructura internacional
que en forma piramidal cuenta con pautas
de desarrollo, formación, control y organización
deportiva. La falta de organización y objetivos
conjuntos es palpable desde la federación
internacional, confederaciones continentales,
federaciones nacionales, ligas o asociaciones
regionales y los mismos clubes que son la
base de formación para cualquier patinador.
La
falta de reglas unificadas en todos los
eventos sin importar su nivel o lugar de
competencia, la falta de un intensivo y
transparente sistema de control anti-doping
para evitar sospechas frecuentes, una nula
estrategia de comunicación y marketing a
nivel internacional, la inexistente interacción
entre la federación internacional y las
federaciones nacionales y la falta de implementación
de tecnología para mejorar la percepción
del patinaje son algunas de las cuentas
pendientes que tiene nuestro deporte antes
de pensar en convertirse en un deporte Olímpico.
Quizás
sea el 7 de Septiembre en Buenos Aires donde
el patinaje cumpla su sueño Olímpico aunque
la pelea será dura y dificil pero más importante
será el día en que dirigentes, federaciones,
entrenadores, atletas, jueces, fabricantes
de patines y medios de prensa trabajen en
conjunto bajo un mismo proyecto para convertir
al patinaje en un deporte serio y profesional. |